lunes, 15 de agosto de 2011

LLaves

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Hacía años que no se tomaba vacaciones. Y cuando digo años, digo más de diez. Las crisis y los excesos complicaron su salud. La culpa y el priorizar lo urgente sobre lo importante lo dejaron anclado en Buenos Aires respirando malos idem.

Regalarle un libro a mi papá es ir sobre lo seguro. Regalarle un libro, con un pasaje a Chile escondido en la solapa era la incertidumbre hecha regalo. Era temblor en mi voz, rodillas flojas y lágrimas en sus ojos.

El pasaje era intransferible y no se podía cambiar ni la fecha de salida ni la de regreso. El 29 de enero, día de su cumpleaños número cincuenta y ocho, después del mediodía salía su vuelo rumbo al país vecino. Nosotros estuvimos ahí deseándole que tenga unas felices vacaciones.

La realidad es que me equivoqué. Por suerte me equivoqué.
Yo le quise regalar unas vacaciones y le regalé un viaje de regreso a un amigo.
Un amigo de esos que te dan las llaves de su casa.

Entonces, en señal de agradecimiento, supongo,  él me devolvió a mi Padrino.

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5 comentarios:

Jose Maria Torres dijo...

Mi perenne solemnidad me llena de culpa al momento de decir GRACIAS. Creo que nunca logro transmitir la real importancia que tiene para mí. Nunca es formal , pero cuando se trata de mis hijas , me parece más chiquita que nunca. Por eso solo me queda agregarle gestos. Y espero que los hayan entendido y en caso contrario me lo hagan saber para mejorarlos.
Por las dudas, GRACIAS-GRACIAS-GRACIAS

Jimena Medina Aguilar dijo...

:D

Ale dijo...

Ah pero yo me ausento un tiempo y vos me cambiás de casa jajaj, lo que veo es que sea en blogspot o dominio propio el blog sigue tan lindo como siempre.

Qué hermoso lo que contás, y más hermoso ver la primer firma que hay acá impresa, si es que entendí bien.

Por lo general, las cosas que nos hacen flaquear las rodillas siempre están bien hechas, aunque terminen mal eh. Siempre. Por suerte en este caso además la decisión tiene final feliz :)

Un beso Luli!

Caro dijo...

Luli leí tu blog y me encantó. Pero por sobre todas las cosas: ¡me hiciste llorar!
Lo que me viene a la mente es que a cualquier hijo le gustaría leer estas páginas y emocionarse con los sentires de su madre, con ese registro implacable de las pequeñas/grandes cosas de la niñez. Es una hermosa bitácora que estás llenando para que Nani la lea algún día, probablemente cuando ya no recuerde muchas de estas cosas.
Un hermoso hallazgo!

Maca! dijo...

Que lindo poder hacer un poquito feliz a tu papá y devolverle cosas importantes.
Te encontré saltando de blog en blog, te seguiré leyendo.
Un saludo :)