domingo, 25 de marzo de 2012

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Hoja en blanco con ganas de llenarla y un poco, quizás bastante, de no saber muy bien por donde empezar o desde donde seguir.
Muchos meses sin escribir y sin ganas de hacerlo provocaron este bache en la cronología de mi vida.
Se vienen a la cabeza como cataratas todas las cosas que pasaron en estos meses y tratar de ordenarlas me llevaría un trabajo que no estoy dispuesta a hacer.

Nani terminó primer grado escribiendo y leyendo y empezó segundo grado igual, pero sin dientes. Tiene muy claro quienes son sus amigos, quiénes son sus compañeros y actúa en consecuencia.
Mantenemos largas conversaciones y se ríe a carcajadas sin ayuda de las cosquillas. El otro día estuvo más de veinte minutos tentado después de que yo dijera la palabra "pelela". Hoy se le cayó otro diente, me pidió que no vuelva a pintar su cuarto de celeste y tiene un profesor de Tae Kwondo que le dice que llorar no es de valiente, regla que le expliqué, se aplica sólo en la hora de su clase y fuera de ella puede llorar todas las veces que lo considere necesario, que hay que ser muy valiente para demostrar y decir lo que uno siente y espero que haya entendido. También va a natación, a fútbol y a teatro. Variado.
Yo promocioné las cuatro materias del CBC en las que me había anotado. Me quedan dos para este cuatrimestre o año. Aún no lo decidí. Matemática me aterra y me agota antes de empezar y si rindo mal psicología mejor que me ponga un parripollo. Así que este año pretendo terminar el cbc y arrancar la carrera. Atravesé tantos estados de ánimo como puede tener una persona y estuve muy triste, sentimiento que no tiene mucho lugar en este mundo cuadrillé casi perfecto, por lo que me era muy difícil escribir sin que eso se viera reflejado. Quizás asumir la tristeza era un poco asumir lo que estaba pasando y si algo no quise en todo este tiempo fue asumir esa realidad en la que las cosas ya no eran ni lo que fueron, ni lo que quisimos que sean y la pareja se desemparejó al punto de doler.
En medio de todo eso que estaba pasando, Nani en la escuela, yo en la facultad, mi trabajo y mi tristeza, tenía que tomar una decisión acerca de nuestro futuro inmobiliario. La renovación del alquiler devino en una negociación irrisoria y casi en venganza a la tarada de la inmobiliaria crucé al Banco Ciudad a ver si por casualidad tenían la amabilidad de darme un crédito hipotecario. Para mi sorpresa me daban el crédito. Lo que pasó después es largo y aburrido. Papeles, empleadas públicas sin ganas de trabajar, ver muchas cuevas de tres ambientes, la gran "ayuda" de mi mamá y de mi papá, la generosidad de mi hermana, un abogado amigo y bien predispuesto, una historia de novela, y más buena predisposición, un alquiler temporario de mentira, cajas, fletes, lavarropas, plazos que se acortaban y este departamento hermoso desde el cual estoy escribiendo mientras miro por la ventana de este domingo, aunque nublado, sin necesidad de prender una sola luz que se convirtió en MI CASA, escribano estrella de rock mediante, el viernes pasado.
Tenemos una gata que se llama Canela, que no es color canela sino gris atigrada y me da felicidad.
Mi sobrina, que me parte al medio de amor, me dice Tía, Luli y Pedo. Detalle en el que preferiría no ahondar y me convertí en Madrina de Juliana y en breve se hará oficial, iglesia católica mediante. Por los hijos, los sobrinos y los ahijados, cualquier cosa.
Tengo una amiga muy puta, muy buena (aunque ella cree que no), muy poco obsecuente y muy compañera, con la que nos entendemos sin explicar demasiado, a la que le da ganas de vomitar lo cursi por lo que me cuesta mucho decirle lo agradecida que estoy por su cercanía en estos últimos dos años. Tomá. Te lo dije.
Y otra que desde Bélgica, también bastante puta pero madredefamilia, me da recetas de muffins y de mariposas.

Vivo a tres cuadras de la casa de mi mamá. El cuarto de Nani lo pintamos con dos amigas,  de blanco (cómo él quería) y fue un fin de semana de esos que voy a recordar mientras viva. Tenemos un escritorio en el escritorio y muchas paredes para llenar. Y tenemos ganas.
A Nani le gusta invitar amigos a su nueva casa y a mi me gusta quedarme acá y llenarme de esa sensación que tuve el primer día que la vi. "Quiero vivir acá".

Ayer fui a la plaza como todos los 24 de marzo, y por primera vez marché al lado de la bandera azul con las fotos de los treinta mil desaparecidos, la vi a Tati Almeida y se me llenaron los ojos de lágrimas y el pecho de orgullo por estar ahí.

Anoche Nani se quedó a dormir en la casa de mi madre, y me pide que vaya a buscarlo.

Ya voy.

Ya vengo.
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5 comentarios:

Pau Go dijo...

Cuántas buenas noticias, más allá de la feíta. Me alegro que hayas decidido por el "si" al gatito. Viste lo que son?

Felicitaciones por la casa nueva! Grosa!

Jimena Medina Aguilar dijo...

Cursi.
Excelente cronología.
y... a la fila, muchachos.

charco.

Flor dijo...

Ay. Tuve algo así como una emoción, nose.
Gracias
Sigo amasando

Tu sister dijo...

te extrañaba por aca....

Anónimo dijo...

se te extrañaba por acá...que lindo volver a leerte! un abrazo!